Perspectivas neorrealistas en torno al mundo: argumentos y contraargumentos

Experiencia

Jean Carlos Vivas García a,1, Juan Ángel López García a , Carlos Alexi Alvarado Zerón a, Ezequiel Osorto Ramírez a, Edixon Alfredo Chávez Ponce a
aSeminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, Tegucigalpa, Honduras

Keywords: Realismo, Neorrealismo, Mundo

Introducción: Las concepciones del mundo siempre han acompañado al hombre en las distintas etapas de la historia. Por consiguiente, en el presente análisis se hace un abordaje sobre las perspectivas neorrealistas en torno al mundo a partir de argumentos y contraargumentos. Método: se realizó un análisis filosófico tomando como base los fragmentos de la obra Por qué el mundo no existe de Markus Gabriel en contraste con otros argumentos filosóficos que refuerzan su planteamiento o bien lo refutan expresados en otras fuentes como artículos y otras obras. Resultado: Se abordó aspecto desde el realismo y nuevo realismo en torno al mundo considerando concepciones del mismo que dependen en su mayoría, de las perspectivas del individuo y los fundamentos filosóficos de dicha concepción. Conclusión: El realismo ha dado paso al neorrealismo como nueva propuesta de concebir el mundo: la realidad como una cosmovisión novedosa, aunque con retos en sus fundamentos epistemológicos.

Introducción

Existen múltiples perspectivas en torno a la comprensión del mundo que han acompañado al ser humano en paralelo al desarrollo de la cultura y la civilización misma lo que los autores desde Aristóteles hasta la actualidad denominaron Cosmovisiones (DeWitt, 2013) en las cuales subyacen elementos constitutivos para interpretar la realidad.

Las cosmovisiones son formas generales de comprender la realidad, inclusive pueden llegar a ser visiones subjetivas de lo que se concibe y que se asume como mundo desde elementos constitutivos tales como la cultura, sociedad y tecnología que determinan el pensamiento y comportamiento de los miembros de la sociedad (Spencer, 2012).

En el marco de las cosmovisiones se suscitan supuestos previos que impactan en las formas de asumir la existencia de la vida en su conjunto, por consiguiente, el eje central de análisis de este texto sobre las perspectivas neorrealistas en torno al mundo, cuyo objetivo primordial radica en profundizar brevemente en los argumentos y contraargumentos que sustentan la nueva corriente de pensamiento fundada por Markus Gabriel, denominada nuevo-realismo (Gabriel, 2013).

La secuencia analítica del presente escrito tiene como propósito  indagar en los antecedentes del nuevo realismo como propuesta y visión, así como sus rasgos que la sitúan como nueva corriente de pensamiento, consecuentemente se realiza un abordaje de las generalidades del neorrealismo, mediante sus argumentos constitutivos, comprendido como aquella realidad en la cual se está inmerso, la cual es cuestionable y rebatible, para finalmente analizar los contraargumentos relativos a la pretendida corriente de pensamiento y su postura en torno al mundo.

Metodología

El método empleado para el abordaje de argumentos y contraargumentos respecto al neorrealismo es el analítico cuya base hegeliana permite la comprensión del fenómeno en cuestión desde sus argumentos o aspectos teóricos constitutivos (Lopera et al, 2010) en tal sentido se consideró segmentos de la obra principal y fragmentos de obras secundarias, todo lo anterior fundamentado en los problemas y alcances de la relación sujeto-objeto (Russell, 1999).

Desarrollo

3.1. Del realismo al neorrealismo

Se define como realismo el punto de vista según el cual el mundo existe independientemente de nuestras representaciones de este (Searle, 1997), sin pretender sobreponerse a las interpretaciones que lo falsean o sin aspirar a violentar por medio de los propios deseos (Ferrater, 1980). En este sentido, “se entiende por realismo a la reflexión filosófica que defiende la existencia de la materia como verdadera e independiente de la mente del sujeto” (Díaz, 2018). De modo que el realismo es una corriente que se centra en la existencia de las cosas o de los hechos independientemente del sujeto que lo interpreta. Esta postura se vincula estrechamente al positivismo; puesto que en este se afirma que todo conocimiento, para ser genuino, debe basarse en la experiencia sensible” (Briones, 1996).

El realismo manifiesta que los objetos comunes percibidos por los sentidos existen, y su existencia es independiente del propio ser percibido, es decir, los objetos materiales tienen existencia propia, sin importar su relación con el hombre, por ejemplo, los objetos (Múnevar, 2005) son reales más allá de que alguna persona los está observando.

Esta propuesta encuentra sus orígenes en los filósofos griegos sistemáticos como Platón y Aristóteles (Reale, 1988). A partir de Platón (Penrose, 2012) a esta teoría realista se le ha llamado como “realismo platónico” o “platonismo” (Guirado, 2016) aunque su mayor reflexión se puede establecer con San Agustín en la Edad Media, el cual hace una continuación de la filosofía platónica (Morales, 2017) en consecuencia, con el realismo agustiniano se sitúa las ideas en la mente divina en vez de considerarlas como existiendo en un mundo supraceleste o inteligible (Ferrater, 1980).

En la Modernidad continuaron con el realismo filósofos como Russell, Moore y Bunge, quienes serán sus principales representantes (Briones, 1996). Entonces, se puede deducir que la filosofía realista cuenta con pilares transversales a todos los tipos de concepciones que de esta escuela se han derivado.

Cabe mencionar que “el neorrealismo nace en Inglaterra con la publicación de un libro de George Edward Moore, titulado Refutación del idealismo” (Bradley, 2017). Por otra parte, el neorrealismo se opone al idealismo, sin embargo, lo que querían en el fondo, era implantar una nueva forma de idealismo (Bradley, 2017).

Los precursores más importantes del neorrealismo fueron: Russell, Alexander y North. Ellos proponen, que el sujeto frente al mundo es un sujeto de conocimiento permanente que obtiene conocimiento y lo que él obtiene del objeto no le cambia la naturaleza al objeto.

En la posmodernidad, el neorrealismo es una palabra que designa una corriente filosófica de origen anglosajón que se inició a principios del siglo XX y que se centró en la gnoseología (Bradley, 2017). De hecho, se puede afirmar que todas las tendencias del realismo contemporáneo se les puede llamar con el nombre de neorrealistas (Ferrater, 1980). Cabe destacar que la gnoseología (Lértora, 2009) aparte de ser una rama de la filosofía, se basa en el estudio del conocimiento en todas sus dimensiones (Xirau, 2009), es por ello, que el neorrealismo se centró en la gnoseología. Así, el realismo gnoseológico afirma que el conocimiento es posible sin necesidad de que la conciencia imponga sus propias categorías a la realidad (Briones, 1996).

El neorrealismo apoyó al empirismo, cabe enfatizar que “el empirismo (del griego “empeira”: experiencia) sostiene que todo conocimiento se basa en la experiencia de la afirmación con la cual se opone directamente al racionalismo” (Briones, 1996). Es necesario subrayar, que el neorrealismo es todo el conocimiento que parte de la experiencia y está limitado por la experiencia, es decir, el empirismo que el hombre adquiere a través del ensayo y error. Asimismo, el neorrealismo tiene raíces en el naturalismo, que tiene como punto de partida la conciencia de las realidades naturales, por ejemplo, en ese sentido se buscó teoréticamente, en el caso de Galileo, alcanzar un modo de “ver” el mundo físico (Zanotti, 2011).

3.2. La Visión de Mundo de Marcus Gabriel

A propósito de lo anterior, Gabriel en su libro “Por qué el mundo no existe” redefine el realismo y acuña la nueva corriente denominada nuevo–realismo, donde da paso a una nueva concepción de lo que se entiende por mundo. Según la visión histórica del concepto, por mundo, se entiende la totalidad de las cosas espacio-temporales (Mendizábal, 1983) es decir todo lo que existe físicamente, como ser: el árbol, la gente, los planetas, las estrellas, etc, por su parte Gabriel señala que:

“Todo lo que existe, existe en el mundo, porque el mundo es precisamente el ámbito en el que todo tiene lugar. Fuera del mundo no hay nada”. En definitiva, el mundo es un concepto abarcativo y unitario de todo cuanto se pueda imaginar por existencia “es como una gran área de todas las áreas” (Gabriel, 2014).

Para Gabriel, tanto la metafísica, como el constructivismo fracasaron en su intento de develar la concepción de mundo que llenen las expectativas filosóficas de la época, puesto que una presenta al mundo sin espectadores (metafísica) y la otra reduce el mundo a la imaginación, “el constructivismo” (Baltar, 2020).

El mismo autor afirma que la metafísica es la encargada de crear el concepto de mundo, porque como teoría que busca comprender el todo, en tal sentido  “Cuando hablamos del mundo nos referimos a todo, o para decirlo de otra manera: a la realidad” (Gabriel, 2014). Debido a esto, la cosmovisión cobra un nuevo sentido. Así como la filosofía busca cuestionarlo todo, Gabriel cuestiona igualmente la existencia del mundo.

Serratos (2018) resume muy bien lo que Gabriel quiere decir con el enunciado “el mundo no existe” y lo dice de la siguiente manera:

El mundo es el ámbito de todos los ámbitos, donde la existencia tiene que ver con que algo acontezca en el mundo, lo anterior significa que algo acontece en el mundo sólo cuando acontece en un ámbito (en un campo de sentido). Y así mismo el mundo no puede existir, porque implicaría aparecer dentro de un ámbito que lo contenga, pero el mundo no puede estar contenido en un ámbito (Serratos, 2018).

De lo anterior se deduce que el mundo no existe debido a que no hay un campo de sentido que lo contenga, aunque más adelante Gabriel afirmará que existe una cantidad infinita de mundos, y que son independientes entre sí (Gabriel, 2021).

Se concluye que el mundo no puede existir porque la existencia implica aparecer dentro de un ámbito, pero el mundo no puede estar dentro de uno: el mundo es el omniabarcante ámbito de los ámbitos (Serratos, 2018).

Por otro lado, para Gabriel la existencia tiene una connotación escéptica, puesto que al afirmar que no existe el mundo, tampoco la existencia tiene sentido tal como se concibe.

En función de lo anterior, afirma que “sólo existe algo cuando acontece en el mundo. Cómo podría haber algo si no es en el mundo, si por ello se entiende precisamente la totalidad, el ámbito en el que ocurre todo lo que ocurre” (Gabriel, 2021). Para ello la existencia sólo acontece en el mundo, pero, el mundo no acontece en el mundo. Por otro lado, él afirma que existen muchas más cosas de las que se había esperado, al respecto dice: “afirmó que existen unicornios vestidos con uniformes de policía en la faz trasera de la luna”, parece algo ilógico. De acuerdo a su percepción la pregunta sobre la existencia debería cambiarse por dónde existe algo, puesto que eso puede existir en algún lugar, no importa si es sólo en la mente (Gabriel, 2021).

Las cosas son lo que son al tener ciertas propiedades, pero si se dice que el mundo es la totalidad de todas las cosas no siempre será así porque hay conceptos, hay democracia, hay gobiernos, hay leyes que no tienen propiedades físicas sino metafísicas (Gabriel, 2014). Entonces ¿Qué es el mundo? Gabriel dice que el mundo es la totalidad de los hechos, eso es, todo lo que es verdad. Como resultado, el autor introduce la tesis de la Ley de la Ontología Negativa, la cual la confronta con la Ley de la Ontología Positiva.

Es así que, la afirmación de que el mundo no existe implica la adopción de nuevas concepciones de mundo, porque todo lo que existe, existe en un campo de sentido. A su vez, Baltar afirma que “por eso es preciso trabajar conjuntamente para tratar de entender mejor las numerosas estructuras existentes, con menos prejuicios y más creativamente, con el fin de evaluar de forma adecuada lo que debe permanecer y lo que se debe cambiar” (Baltar, 2017). Ante esto, Gabriel se compromete a derrotar al materialismo que intenta imponerse en el universo en el cual sólo existe la realidad material y energética por razones estrictas y anónimas, y declara que somos ciudadanos de muchos mundos, que nos movemos por “el reino de los propósitos», que proporciona toda una gama de condiciones de oportunidad (Baltar, 2020).

3.3. Perspectivas a favor del neorrealismo

En la medida que la sociedad evoluciona emergen nuevas concepciones (Neurath, 2011) del mundo o bien se modifica, replantea o se perfecciona la concepción predominante. No puede existir una concepción del mundo única en una sociedad de clases antagónicas (Rosental y Iudín, 1960).

De lo anterior, se puede deducir que no hay una concepción absoluta del mundo. En una sociedad tan pluriforme de pensamientos no se puede reducir a una sola concepción. De aquí toma fundamento el neorrealismo ya que pretende ir más allá de los planteamientos positivistas que presenta el realismo. Las concepciones neorrealistas no sólo tratan de abarcar la realidad como lo hace el realismo, sino que tratan de penetrar su sentido (Vargas, 2009).

El realismo responde a una concepción materialista de tipo positivo, mientras que el neorrealismo responde a una concepción de tipo idealista. En este sentido, el neorrealismo está orientado a la percepción del hombre (Gabriel, 2015) ya que es él, el que le da sentido al mundo porque cada quien percibe lo que experimenta del mundo exterior, entonces, se podría considerar que el mundo no existe de forma absoluta porque la percepción puede variar.

Es posible que en la observación de un objeto cada sujeto perciba o experimenta circunstancias totalmente diferentes. Esta perspectiva es un solipsismo (Ramírez, 2011) porque ningún sujeto puede afirmar con certeza que lo que observa es lo real o verdadero “es solamente una variante del solipsismo, de la idea que el mundo externo no existe, que es una mera representación, a nuestra disposición” (Ferraris, 2012).

3.4. Perspectivas en contra del neorrealismo

Baltar (2017), respecto al planteamiento de Gabriel, lo califica como una construcción teórica que se desmarca de dos corrientes filosóficas que han influido en la concepción del mundo hasta nuestra época, incluidas las emergentes en la posmodernidad, que han pretendido diferenciarse de la metafísica, lo que creó “una forma vaga de constructivismo que defiende que no existen hechos en sí y que somos nosotros quienes los construimos mediante las convenciones sociales y los discursos científicos” (Baltar, 2017). Por otro lado, la metafísica, que trató de desarrollar una teoría del mundo como un todo, describiendo cómo es realmente, con las apariencias, se convirtió así en una especie de alucinación colectiva de la cual la posmodernidad vino a salvarnos.

Teniendo en cuenta lo propuesto por el realismo, que es una corriente apegada a la realidad en sí; y al nuevo-realismo que enfatiza su proceder desde la concepción empírica del hombre, es decir de la experiencia; fuera de ello, no hay veracidad de la realidad misma; y en consonancia a la concepción del mundo de Gabriel, aquello que está de igual manera apegado a la realidad en concreto, y de los hechos que es el consenso de la mayoría para poder determinar, como mundo experimenta una realidad; se podría deducir algunas perspectivas en contra del neorrealismo (Buganza, 2017).

Otra perspectiva en contra es la que plantea el idealismo trascendental como ideas, situaciones, realidades o hechos que no son tangibles a la misma experiencia de la realidad, entendiendo ésta como mundo, aquellas realidades no observables en la práctica, pero sí asumibles en la vida misma del hombre; tales, como justicia, lo bello, etc. Se hace alarde del máximo filósofo exponente de la ilustración, al hacerse la pregunta: “¿qué y cuánto puede conocer el entendimiento y la razón, independientemente de toda experiencia?” (Kant, 1982). Haciendo referencia con ello, a la síntesis que pretende lograr con el pensamiento empirista y racionalista. Concluyendo que no todo puede estar sujeto a toda experiencia subjetiva y sensitiva; pues hay situaciones que trascienden la misma concepción de realidad, mundo.

Finalmente, otra perspectiva opuesta a la teoría neorrealista está las ciencias empíricas que consideran al mundo humano como ilusorio mientras que el mundo de la ciencia lo definen como el mundo de lo objetivo (Brisceño et al., 2009).  En vista que la ciencia se ocupa de conocer la realidad de lo físicamente comprobable. Por lo que la ciencia es empirista y positivista, propone conocer lo que es dado por la experiencia sensible, lo físicamente comprobable a través de un método científico. “La concepción científica del mundo se distingue por la aplicación de un método lógico” (Lorenzano, 2002).

En vista de lo anterior, se puede concluir que, para la ciencia, la teoría neorrealista carece de un método que pueda comprobar la existencia de realidades inmateriales, como, por ejemplo, los campos de sentido que defiende Gabriel.

Discusión

El planteamiento del nuevo-realismo propuesto por Gabriel es una respuesta al fisicalismo (López, 2022) y otras tendencias y posturas filosóficas de carácter reduccionista, exalta el carácter simbólico y ontológico superando el positivismo científico y su forma particular de abordar los fenómenos.

Se han considerado los principales conceptos de realismo (la actitud que el hombre tiene de los hechos tal como son, sin pretender sobreponerse a las interpretaciones que lo falsean o sin aspirar a violentar por medio de los propios deseos), neorrealismo, y la perspectiva del mundo de Gabriel, entendiendo este como el campo de sentido que abarca a todo lo que existe cómo una mirada totalizante donde se asume con igual importancia y rigor lo que sucede más allá del sujeto.

Los argumentos y contraargumentos identificados presentan bondades y limitantes para esta nueva corriente filosófica, que sin lugar a duda requiere de una mayor robustez epistemológica puesto que no está claro como el neorrealismo puede justificar sus argumentos generando un debate en torno al carácter reduccionista o antireduccionista que supone el nuevo aporte filosófico.

Conclusión

El realismo como corriente filosófica se diferencia del neorrealismo por su cosmovisión novedosa, pero sus fundamentos epistemológicos requieren de reforzamiento argumentativo en virtud de su postura escéptica respecto al mundo, bajo la concepción de inexistencia, tal como es analizado desde otras perspectivas filosóficas, bajo el argumento totalizante de la realidad, aunque por otro, dicha corriente plantea la existencia una infinidad de mundos aglutinados en una nueva visión de mundo, aunque esta postura se vea confrontada con otras perspectivas filosóficas que se contraponen a ella como propuesta cosmológica.

Contribución de autores

JCVG lideró el trabajo y realizó la redacción en la cual contribuyó el resto del equipo, JALG verificó el desarrollo teórico.

Conflictos de Interés

Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.

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Jean Carlos Vivas García a,1, Juan Ángel López García a , Carlos Alexi Alvarado Zerón a, Ezequiel Osorto Ramírez a, Edixon Alfredo Chávez Ponce a
aSeminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, Tegucigalpa, Honduras

(DOI) Disponible en: https://doi.org/10.5281/zenodo.10573600

1 Autor corresponsal: E-mail: jvivasgarcia001@gmail.com
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